A partir de los 6 meses, los bebés comienzan a interactuar y moverse más. Poco a poco observaremos como se dan la vuelta o aparecen en cualquier lado de la cuna, en posiciones a veces un tanto sorprendentes. Es ahí cuando empiezan las dudas de cómo colocar a nuestro bebé. Al dejar el cuco y cambiarle a la silla de paseo también se genera el dilema de si llevarle totalmente recostado, el máximo que nos deje nuestra silla, o incorporarle para que comience a ver mundo.
Mi pediatra dice
Mi pediatra al igual que recientes estudios, certifica la importancia de dejar que el bebé por sí solo tenga la necesidad de moverse, cambiarse de posición e incluso de sentarse. En la silla de paseo me recomendó colocarlo en la posición más recostada posible y nunca forzarle a realizar una acción o movimiento. Al preguntarle acerca de sentarlo con cojines alrededor me aconsejó no hacerlo pues al estar sentado le estaba impidiendo, sin querer, evolucionar hacia otros movimientos. Es cierto que pueden observar más fácilmente y al mismo tiempo aprender. Pero siempre es mejor no forzar y que por sí solos, cuando se sientan capaces, se sienten.
Mi experiencia personal
Como siempre decimos, cada familia sabe lo que es mejor para sus hijos y también a base de errores o equivocaciones se aprende. Soy madre de dos pequeños koalas, el primero de 3 años y la segunda de 8 meses. Pues bien, con el primero, le sentamos muy rápido en un tapiz con cojines para que al caerse (pues no se sostenía en esa posición por sí solo) no se diera en la cabeza. Al no gustarle que le pusiéramos boca abajo decidimos que ya era el momento de sentarlo. Así mi hijo estaba o al brazo, mucho brazo (lo cual recomiendo enormemente por todos los beneficios que acarrea tanto para los padres como para los bebés) o sentado.
Consecuencia: mi hijo no gateó como se suele gatear, con las rodillas en el suelo. Se desplazaba con el culo y una pierna estirada y la otra haciendo palanca. Es cierto que hoy en día lo llaman “otra manera de gatear” pero estoy convencida de que nuestras acciones hicieron que no sintiera la necesidad de volver al suelo porque él ya estaba cómodo sentado. Además él empezó a andar a los 15 meses cuando ya llevaba muchos meses en la anterior posición. Hoy en día no para de correr y todo se desarrolla con normalidad pero es cierto que creo que no lo hicimos de la manera más correcta.
¿Qué hemos hecho con la segunda? Suelo, suelo y más suelo. Boca arriba, boca abajo, algunos momentos también la sentamos con cojines cuando se cansa del brazo o de estar echada. Y por supuesto nosotros mucho suelo también, como en este momento escribiendo este artículo. Hoy en día con 8 meses y medio está a puntito de gatear. Se mueve por toda la casa, por ahora hacia atrás y le encanta estar boca abajo desplazándose con su tripa a un lado y a otro, tocando todo lo que está a su alcance. Día a día avanza colocando las rodillas en el suelo y levantando la tripa así que cuando menos me lo espere, nos da la sorpresa y gatea! Aunque asombrada me ha dejado hoy cuando ha dicho por vez primera “mamá”!
Por otro lado, en la silla de paseo a ella le gusta estar sentada. Haca fuerza y se coge a la barra de delante para poder incorporarse y sentarse bien recta sin apoyo en la espalda. Esto es así desde los 6 meses que la cambiamos a este tipo de silla ligera.
La conclusión a la que llego es que siempre con cabeza y aprendiendo cada día con ellos vamos a ir viendo qué es lo mejor para nuestros bebés. Que si bien es cierto que lo mejor para su desarrollo es que ellos mismos decidan cuándo darse la vuelta o cuando moverse, sentarse etc… Porque de vez en cuando estén sentados tampoco les va a hacer ningún mal.
Idea! Siempre observad a vuestros pequeños y en caso de duda consultad al pediatra con todas las preguntas que os surjan. Estarán a vuestra disposición encantados de responderos.
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